Caso Titi – intervine la subsecretaría de Niñez de la Provincia

-la dramatica historia de un niño de dos años-

Para la subsecretaría de Niñez de la Provincia, que se reunió con Victoria y Octavio y corroboró su versión, el proceso por el cual recibieron en guarda a Titi está tan viciado de irregularidades que difícilmente hubiera podido prosperar. Mientras evalúa interponer un recurso ante el Tribunal de Disciplina de la Corte contra la jueza Verónica Polchowski, ese organismo anunció que se presentará en la Justicia de Familia de Dolores para que revea la situación del niño a fin de garantizar su interés superior.

Adopción: estuvo un año con una familia y ahora lo entregan a otra.

Tras encariñarse con unos papás, a “Titi” lo obligan a tener nuevos padres por irregularidades en el proceso.
Cuando tenía poco más de un año de vida, Titi recibió en su casa una paliza tan violenta que sus padres biológicos quedaron detenidos por intento de homicidio y él tuvo que ser internado en la terapia intensiva de un hospital. Sin ningún familiar dispuesto a cuidarlo, el Servicio Local de Villa Gesell autorizó que un matrimonio joven lo visitara en su convalecencia y, al recibir el alta, se lo llevara a vivir con él. Titi vivió con esa pareja durante más de un año y se encariñó tanto con ella que ya los llamaba mamá y papá cuando hace unos veinte días la Justicia entendió que se habían cometido irregularidades en el proceso y que al niño le correspondían en realidad otros papás.

La historia de Titi, que moviliza por estos días a la comunidad de Balcarce, donde viven Octavio y Victoria (la pareja que lo tenía en guarda hasta hace unas semanas y hoy lleva adelante una batalla legal para recuperarlo), ha detonado como una granada en el corazón del nuevo sistema de adopciones, creado en teoría para priorizar el interés superior de los niños por sobre los adultos a fin de garantizar ante todo su bienestar.

VICTORIA Y OCTAVIO

Desde que se casaron hace siete años, Victoria Balda y Octavio Vignolio siempre habían tenido en su planes adoptar un hijo y en algún momento hasta comenzaron el trámite, pero formalmente no estaban en el Registro de Aspirantes cuando en abril del año pasado alguien les contó de un nene maltratado al que estaban por dar de alta y no tenía un hogar a dónde ir. Fue entonces que se acercaron al Servicio Local de Villa Gesell, de donde es oriundo Titi, para plantear que ellos querían hacerse cargo de él.

“No queríamos un nene para tenerlo sólo un par de meses, porque no estábamos preparados emocionalmente para eso; y así se lo explicamos a la responsable del Servicio Local de Villa Gesell, que en aquel momento era Andrea Wash. Pero ella nos dijo que nos preocupáramos porque existían grandes chances de que lo pudiéramos adoptar”, cuenta Octavio, quien junto a su mujer fueron autorizados en principio a visitar a Titi y, cinco días más tarde, a retirarlo del hospital.

Con la libreta sanitaria y el documento del niño, Victoria y Octavio se llevaron a Titi a vivir a Balcarce, donde ella trabaja como docente y él, de viajante. “No nos conocían y nos resultó raro que no nos mandaran al menos una asistente social a casa. Fuimos nosotros los que lo pedimos porque nos parecía que el Estado debía evaluar que todo estuviera bien. Durante los tres primeros meses nadie del juzgado se acercó a verlo ni se preocupó por cómo estaba Titi. Recién en julio nos llamaron para avisarnos que debíamos llevarlo para un intento de revinculación con su abuela materna”, cuentan.

Tras aquella revinculación que resultó fallida, la jueza Verónica Polchowski, titular del juzgado de Familia Nº 1 de Dolores, convocó a la pareja a una audiencia para ver si estaba dispuesta a adoptar al menor. “Aquel día quedó asentado en un acta que nuestro vínculo con él era muy fuerte y que él nos identificaba ya como su familia. De hecho, al despedirnos, la propia jueza alentó nuestras esperanzas diciéndole a Titi: `Bueno, ahora te vas con mamá y papá”, relata él.

Hacia mediados de septiembre Octavio y Victoria recibieron un nuevo llamado de la Justicia que si bien les pareció en principio una buena noticia terminó siendo al revés: Titi había sido declarado en estado de adoptabilidad pero ellos, al no estar ellos anotados en el Registro de Aspirantes, no tenían chance alguna de poderlo adoptar.

“Habían seleccionado ya a una familia de General Guido para él y la jueza pretendía que se lo entregáramos como si fuera un paquete sin ningún tipo de vinculación -relata Octavio-. Fue gracias al Servicio Local de Gesell que conseguimos que se realizara al menos una pseudo vinculación de cinco días que resultó una experiencia espantosa. Al ver que lo querían separar de nosotros, Titi tuvo una regresión emocional y lloraba tanto que este matrimonio decidió renunciar a tenerlo en guarda; o al menos eso fue lo que nos dijo aquella vez”.

Lo cierto es que luego de criar a Titi durante un año y cuando creían que finalmente todo se encaminaba hacia una posible adopción, el 28 de abril pasado Octavio y Victoria recibieron la orden de entregar al niño la Justicia de Dolores en media hora; y aunque no se resistieron a la medida, les fue enviada a su casa una partida policial. “La misma jueza que antes nos había preguntado si estábamos dispuestos a adoptarlo ordenó que nos lo arrancaran de nuestros brazos llorando, nos puso una restricción de acercamiento a su nueva familia y hace más de veinte días que no sabemos nada de él”.

Para la subsecretaría de Niñez de la Provincia, que se reunió con Victoria y Octavio y corroboró su versión, el proceso por el cual recibieron en guarda a Titi está tan viciado de irregularidades que difícilmente hubiera podido prosperar. Mientras evalúa interponer un recurso ante el Tribunal de Disciplina de la Corte contra la jueza Verónica Polchowski, ese organismo anunció ayer que se presentará en la Justicia de Familia de Dolores para que revea la situación del niño a fin de garantizar su interés superior.

En la imágen Titi junto a Victoria y Octavio, quienes hasta hace unas semanas eran para él sus papás.

El Dia

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