Según un relevamiento realizado por el Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires (Cokiba) “en los últimos 10 años se ha registrado un aumento de las lesiones en la columna vertebral, alteración de la postura y, por supuesto, dolores y molestias físicas, sobre todo en la espalda, los hombros y el cuello; lesiones no atribuibles a actividades físicas que realizadas por el niño”.
El licenciado Daniel García, integrante del Cokiba, kinesiólogo integrante del staff profesional del hospital Dr. Bernado Houssay y especialista en Ortopedia y Traumatología admitió que “actualmente y de acuerdo con los registros actualizados de la entidad, el 58% de los niños que atendemos en nuestro servicio, y de forma particular también, transcurren su vida en forma sedentaria y cuando evaluamos la postura y la marcha junto con los elementos que acarrea todos los días para ir al colegio notamos claramente las asimetrías y los desórdenes de equilibrio por el exceso de peso de las mochilas escolares”.
García explicó que las edades más vulnerables para padecer trastornos es entre los 9 y los 13 años, que coincide con el pico de alto crecimiento del menor. El licenciado aclaró que no hay una edad “sugerida para comenzar a usar mochilas. No pasa por un tema de edades, sino por el porcentaje de peso en función del peso corporal del niño”.
“Los niños comienzan a referirle a sus padres dolores de cabeza, hombros, columna y fatiga precoz, incluso un signo característico es la falta de voluntad en sus tareas generales debido al cansancio permanente que les ocasiona la molestia y el dolor por las malas posturas adoptadas”, agregó.
Por eso, el kinesiólogo adviertió que también puede tener inferencia en el proceso de aprendizaje del chico. “Cabe destacar que la abulia y el cansancio permanente que los hace querer descansar más horas de lo que se consideran las 8 horas de sueño fisiológico puede ocasionar una disminución en sus aptitudes académicas”, resaltó García.