Francia quedó al borde del desabastecimiento luego de que miles de manifestantes bloquearan algunas refinerías y depósitos petroleros en rechazo a la reforma laboral que impulsa el gobierno socialista de presidente Francois Hollande.

Además del bloqueo del sector petrolero, a partir de mañana comienzan una serie de paros y movilizaciones que afectarán al transporte terrestre, aéreo y marítimo, mientras que la semana próxima se iniciará un paro indefinido en algunos sectores, informó la Central General de Trabajadores (CGT).

El gobierno acusó a la CGT de tomar de rehenes a los ciudadanos, y advirtió con tomar medidas para evitar el desabastecimiento luego de que un 20 % de las estaciones de servicio del país agotaran sus recursos y en algunas otras se formaran colas de automovilistas para cargar los tanques de sus vehículos.

La advertencia llegó horas después de que decenas de militantes de la CGT que impedían la entrada y salida de camiones de los depósitos y de la refinería que la petrolera Esso tiene en Fos sur Mer, cerca de Marsella, fueran desalojados violentamente por la policía.

La represión los obligó a abandonar el lugar y se ubicaron en las rotondas de acceso a los complejos petroleros de la zona, donde realizaban pisquetes móviles que prácticamente han logrado paralizar la actividad de las tres petroleras de esa zona y de las otras que cinco que hay en el país.

La reforma laboral -que será tratada en el Senado entre el 13 y el 24 de junio próximo – es presentada por el gobierno socialista como una forma de reactivar el empleo en el país, que vive un estancamiento económico desde hace ya varios años.

Sin embargo, la oposición de izquierda y los sindicatos sostienen que se trata de una flexibilización laboral, que busca beneficiar a los empresarios en detrimentos de los trabajadores.

El proyecto de reforma laboral plantea aumentar la horas semanales de trabajo, pagar las horas extras a los dos años y no a fin de mes, fijar un precio máximo a pagar en caso de despido abusivo, fomentar acuerdos salariales en cada empresa y ya no por ramas de trabajo, entre otras cuestiones.

Hollande,que la semana pasada defendió la reforma y criticó la violencia de alguans protestas, consideró hoy puede haber “reivindicaciones legítimas” por parte de los sindicatos aunque criticó “el bloqueo que se basa simplemente en la estrategia de una minoría”.

En respuesta, el secretario general de la CGT, Phillippe Martínez, le recordó al presidente que un 74% de los francese, según encuestas, rechazan el proyecto de ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, y reiteró su convocatoria a una “generalización de las huelgas” en todos los sectores.

El primer ministro, Manuel Valls, también calificó de “minoritaria” las protesta y acusó a la CGT de “radicalización” y de tomar a “los franceses y a la economía francesa como rehenes”.

Por eso, advirtió que van a seguir realizando operaciones de seguridad para “liberar” otros centros petroleros y que el Estado actuaría con “la mayor firmeza”.

Por su parte, el presidente dela petrolera Total, Patrick Pouyanné, amenazó con disminuir las inversiones en sus refinerías en Francia por considerar que las huelgas suponen una “ruptura” del pacto que vincula a los empleados y a la empresa al “secuestrar” la herramienta de trabajo por “una causa exterior”.

Lo cierto es que el bloqueo a las refinerías ha impulsado a muchos automovilistas a trasladarse a la vecina Bélgica para llenar los tanques de sus vehículos, sobre todo a las personas que necesitan el transporte para poder trabajar.

Al margen del sector petrolero, mañana se inicia un nuevo paro de dos días en los ferrocarriles y el jueves está convocada una jornada de paro y movilizaciones intersectoriales, que afectará entre otros al tráfico aéreo y a los puertos.

Además, la CGT ha convocado a los trabajadores de los ferrocarriles a iniciar un paro indefinido a partir del martes de la semana próxima y a los trabajadores del transporte metropolitano de París a hacer lo mismo a partir del jueves siguiente.

Por su parte, los controladores aéreos han convocado a una huelga los días 2, 3 y 4 de junio para presionar antes de la negociación del convenio colectivo del sector.

Los paros y piquetes se dan mientras rige el estado de emergencia (similar al estado de sitio en Argentina) que fue declarado luego de los atentados del 13 de Noviembre en París, y que la semana pasada fue prolongado por otros dos meses por la Asamblea Nacional.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, justificó la nueva extensión por la existencia de “un contexto sin precedentes de amenaza terrorista” que coincide con la Eurocopa que comenzará el próximo 10 de junio y la tradicional carrera de ciclismo Tour de France, el 2 de julio.