La caravana con las cenizas de Fidel Castro partió hacia Santiago

El cortejo fúnebre salió desde la Plaza de la Revolución de La Habana rumbo a la ciudad natal del líder fallecido a los 90 años.

Las cenizas de Fidel Castro partieron este miércoles desde la emblemática Plaza de la Revolución de La Habana para el viaje de tres días en caravana por toda la isla, un cortejo fúnebre que terminará el próximo domingo en Santiago de Cuba.

Castro fue despedido anoche en la plaza de la Revolución, en la capital, con un discurso en el que su hermano y actual presidente de Cuba, Raúl Castro, repasó muchos de los sucesos que compartieron a lo largo de más de seis décadas de actividad guerrillera y gubernamental.

“Precisamente aquí donde conmemoramos nuestras victorias, te decimos junto a nuestro abnegado, combativo y heroico pueblo ¡Hasta la victoria siempre!” proclamó Raúl, quien cerró una ceremonia que duró más de seis horas, en la que intervinieron los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; de Ecuador, Rafael Correa, y de Sudáfrica Jacob Zuma, entre otros.

“Sus vibrantes palabras resuenan en esta plaza”, prosiguió Raúl antes de evocar algunos de los principales acontecimientos ocurridos en ese mismo escenario, entre ellos el anuncio de la reforma agraria, la muerte de Ernesto “Che” Guevara, o el inicio del “período especial” tras la caída de la Unión Soviética.

“Él se convirtió en un símbolo de la lucha anticolonialista, anti-apartheid y antiimperialista, por la emancipación y la dignidad de los pueblos”, resaltó.

Y esta mañana la urna fue llevada desde el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, a unos pasos de la Plaza de la Revolución, por soldados, en una ceremonia militar de honor.

La caravana que acompañará a Castro en su último viaje recorrerá todas las localidades del país por las que pasó cuando vino desde Santiago de Cuba hacia La Habana, tras librar una guerra victoriosa contra el régimen del dictador Fulgencio Batista.

Será un viaje de tres días, en una caravana que terminará el domingo, cuando los restos del comandante serán sepultados en el cementerio de Santa Ifigenia, el más antiguo del país.

Envuelta en un bandera de Cuba y de madera de cedro, la urna con las cenizas salió del edificio a manos de dos soldados quienes, con una breve ceremonia militar, la colocaron en el remolque decorado con flores blancas.

Fue un acto solemne al que asistió Raúl Castro, miembros de la alta dirección del gobierno y del Partido Comunista, y donde también se pudo ver a la esposa del fallecido líder cubano, Dalia del Soto y algunos de sus hijos, Alex y Tony.

La urna que llevan los restos del “Comandante en Jefe” es de cedro porque, según una de sus biógrafas, esos árboles daban un olor permanente a esa madera en Birán, la localidad en la que nació Castro, en una finca de su familia, en agosto de 1926.
La urna viaja a la vista en un vehículo sin techo, y escoltada por oficiales, entre ellos uno que arribó con él a La Habana el 8 de enero de 1959, triunfantes ante el régimen de Batista el 1 de enero de aquel año.

El comandante falleció, a los 90 años, el pasado 25 de noviembre, 60 años después de que el yate Granma partiera de México hacia Cuba, con el embrión de lo que sería el Ejército Rebelde que luchó bajo su mando en la Sierra Maestra hasta derrocar al régimen de Batista.

La urna estuvo en un salón del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, mientras que a unos pasos, en la Plaza de la Revolución, cientos de miles de personas hicieron fila el lunes y martes para rendirle homenaje en el recinto de la base al monumento del prócer cubano José Martí.

Anoche, en el homenaje póstumo, cientos de miles de personas se reunieron junto a jefes de gobiernos y representantes del mundo que vinieron para participar en los funerales, entre estos amigos personales y aliados, entre ellos el venezolano Nicolás Maduro, el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega.

En La Habana, la radio y la televisión llamaron a los pobladores a concentrarse en el tramo que cubrirán los vehículos dentro de la capital, donde hubo herméticas limitaciones del tránsito por todo el trayecto y vecinos con pequeñas banderas cubanas que saludaron el cortejo.

La caravana avanzó por el Malecón y después entró en la Carretera Central, la única vía que unía los extremos oriente y occidente cubanos cuando Castro encabezó el triunfo sobre Batista.

Tras salir de La Habana, el cortejo pasará por todos los pueblos en los que Castro se dio un baño de masas y arengó a la población casi 58 años atrás, tras el triunfo revolucionario.

Después de dejar atrás la ciudad de Matanzas y otros pueblos menores como Cárdenas, Jovellanos o Colón, la caravana llegará y pernoctará en Santa Clara, la ciudad que alberga el mausoleo del Che Guevara.

Ese monumento lo mandó construir el propio Fidel Castro en 1997 para albergar los restos mortales de su amigo argentino hallados por una expedición de espeleólogos que él mismo envió a Bolivia cuando se cumplieron 30 años de la muerte del guerrillero rosarino.

El cortejo fúnebre arribará a Santiago el sábado próximo y el domingo los restos de Castro serán sepultados en el histórico cementerio de Santa Ifigenia, de Santiago, el más antiguo del país, donde está la tumba del prócer José Martí y de otros muchos cubanos ilustres.

Telam

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