UNLP “venimos advirtiendo desde 2002 sobre cambios en el régimen de lluvias”

El ingeniero Pablo Romanazzi, integrante del laboratorio de Hidrología del Departamento de Hidraúlica de la UNLP, se refirió las inundaciones ocurridas en la Provincia y aseguró: “Desde el año 2002 que venimos advirtiendo del cambio en el régimen climático. Estábamos avisados. Lo que ocurre es que se produjo un cóctel explosivo entre la falta de obras tempranas y la instalación de la población en zonas peligrosas”.
“Las obras están iniciadas pero todavía no se consigue el efecto que se busca para que las aguas bajen más rápido. La Provincia inició trabajos y rompió con cuatro décadas en las que no se hizo nada en los desagües y esto es importante, pero ya en 2007 dijimos que La Plata no tenía obras troncales para evitar este tipo de situaciones. Ahora las obras van lentas y llevan su tiempo, son financiadas por fondos nacionales, pero lo más relevan te es que se iniciaron”, dijo en declaraciones a Radio Brisas sobre las inundaciones que se repiten año tras año.
Luego añadió que “la cuenca del Arroyo de El Gato tiene 100 kilómetros cuadrados y es la cuenca del partido más poblada con 400 mil personas. Abarca aproximadamente la mitad de lo que sería el casco urbano fundacional, por lo que los daños que se generan por las inundaciones en una zona con estas características son altísimos”.
Por otra parte, Romanazzi explicó que “todo el tema de las precipitaciones intensas y frecuentes está estudiado hace años. En 2005 había evidencias concretas de que este tipo de régimen se iba a dar. Estábamos advertidos. En el caso de La Plata, la primera advertencia fue en el año 2002 y se repitió en 2008 y después la gran inundación del 2 de abril de 2013. De todas formas, esta información no fue acompañada con obras y se generó un cóctel explosivo”.
“Lo que ocurre es que además de las cuestiones climáticas la población en La Plata fue creciendo hacia las nacientes del arroyo y hoy gran parte de la cuenca se encuentra ocupada por la expansión urbana, lo que hace que las aguas excedentes crezcan a una velocidad muy rápida, casi como si fuese un río atravesando la ciudad. Con este panorama, el daño es terrible”, aseguró.
“Es cierto que hay que hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de las personas y cuando pasan estas cosas la gente siempre se pregunta por qué no se hicieron antes las obras, pero estos procesos desde que se proponen hasta que se materializa el inicio de las mismas y éstas se concluyen, pasan varios gobiernos”, concluyó.
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