Argentina empató con Uruguay y sigue en repechaje

El equipo de Jorge Sampaoli tuvo algunas situaciones para ponerse en ventaja, pero también sufrió en Montevideo. El punto no le sienta mal a la Selección.

El seleccionado argentino estuvo lejos de mostrar esta noche su mejor versión en Montevideo, pero pese a ello logró empatar 0-0 ante un Uruguay al que no le desagradó el resultado, y alcanzó así en puntos Chile, aunque por diferencia de gol sigue en Repechaje.

En el debut oficial de Jorge Sampaoli como entrenador, el elenco argentino tuvo carencias en la construcción de juego, padeció de peso ofensivo pese a la presencia desde el inicio de un tridente en la previa prometedor, compuesto por Lionel Messi, Paulo Dybala y Mauro Icardi, y dependió casi siempre de la inspiración de su capitán, al que le alcanzó con poco para ser el mejor del encuentro, para generar peligro.

En el estadio Centenario, Argentina dispuso mayormente del control del partido ante un Uruguay que apostó casi siempre al contragolpe, y si bien terminó siendo amplio dominador de las acciones en la recta final del encuentro, no pudo cristalizar esa situación favorable en el resultado definitivo.

Es que la falta de profundidad lo perjudicó y así perdió la posibilidad de, con un triunfo, saltar sin escalas a la segunda ubicación del camino hacia Rusia junto a Colombia, que empató también hoy sin goles como visitante ante Venezuela.

En el primer tiempo Uruguay dispuso de sus mejores situaciones, pero en el período complementario se dedicó a conservar un empate que no le cae del todo mal, porque mantuvo la tercera posición de las Eliminatorias.

El desarrollo del partido estuvo claro desde el minuto inicial.

Argentina se encontró con la pelota y el espacio, y con la responsabilidad de elaborar juego, ante un rival agazapado y a la expectativa de golpear con réplicas rápidas y precisas.

Pero al conjunto de Sampaoli le faltó peso por las bandas, porque Marcos Acuña pareció incómodo por derecha y Ángel Di María estuvo intermitente por izquierda.

Y entonces quedó a merced de una conducción a baja velocidad de Lucas Biglia y Guido Pizarro, y de las apariciones esporádicas, aunque peligrosas, de Messi.

Desabastecido Mauro Icardi, Paulo Dybala fue el único que por momentos jugó a la velocidad del capitán argentino.

Lo hizo en cuentagotas, pero toda vez que lo consiguió, que pudo tocar de primera y en velocidad, la vulnerabilidad del arco de Uruguay peligró.

A los 28 un zurdazo de Dybala que rozó en Vecino y salió al córner, y a los 42, una asociación del futbolista de Juventus con Messi por el centro del campo, culminó con un zurdazo del astro de Barcelona y una buena intervención de Muslera en la mejor jugada argentina.

Luego, no mucho más. Apenas remates de media distancia y algún centro de Di María que, por imperfecto, no prosperó. Y una defensa que se encargó de controlar correctamente a Luis Suárez y Edinson Cavani, pero que aún así, también tambaleó.

Cumplida la media hora, Federico Fazio perdió la pelota, Cavani la robó y el sorpresivo disparo de Suárez de larga distancia terminó sobre el techo del arco.

Y siete minutos después, la más clara para Uruguay, en la que Sergio Romero intervino primero para tapar un zurdazo de Cristian Rodríguez y luego para tapar una sutileza de Cavani.

Ninguno dejó la sensación de merecer más, y el primer tiempo terminó sin emociones.

El ritmo frenético de la primera mitad pasó factura en el complemento. Ambos sacaron el pie del acelerador y el predominio argentino en la tenencia del balón se acentuó.

A los 13, Muslera evitó que un tiro libre de Messi se colara en un ángulo en la única acción de real riesgo en el área charrúa.

Y a los 34, el peruano Víctor Carrillo eligió no sancionar una aparente infracción de Diego Godín sobre Icardi dentro del área, que pudo cambiar la historia del partido.

Icardi solo tuvo una chance, exigida por el ángulo cerrado pese a que el pase de Messi fue una obra de arte.

Lejos estuvo Argentina de no imponerse por esa supuesta omisión. Más bien se quedó con apenas un punto por la falta de aceite en los engranajes de la delantera.

Piezas que deberán seguir moldeándose no sólo para mejorar cada una de las producciones de la albiceleste, sino también para lograr la clasificación al próximo Mundial.

En su camino, el próximo martes, estará Venezuela en el estadio Monumental, encuentro en el que, quizás a diferencia de hoy, sí está obligado a ganar.

Fuente: DyN

 

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